El pasado fin de semana en Bucaramanga se presentó uno de los eventos del ciclismo más importantes del país, y aunque hubo un buen desempeño en general del evento deportivo, un grave accidente casi enluta la competencia.
María Inirida Lesmes, de 67 años, fue arrollada por uno de los ciclistas de la categoría Sub 23 que recorría el kilómetro 167, cuando según la versión de testigos, la mujer intentara cruzar la vía en plena competencia.
Sin embargo, cinco días después, la hija de María le aseguró a este medio que eso no fue con exactitud lo que sucedió.
“Ella se sentía mal y se dirigía a la clínica, la única forma de llegar era atravesando la competencia, porque muchas calles estaban cerradas, sin embargo, una vez llegaron al punto de la competencia prefirieron esperar”, explicó su hija.
Agregó que “el problema, luego de hablar con la amiga que la acompañaba, es que mi mamá decidió dejar un pie en el andén y otro en la vía, pero realmente no estaba intentando cruzar”.
Al parecer, como la adulta mayor estaba cerca a una curva, el ciclista alcanzó a enredarse con la mujer y la terminó arrollando.
“Ella estaba enferma, no era espectadora, pero sí iba a esperar a la carrera para pasar. El golpe fue terrible, tuvo una fractura en la parte frontal del cráneo y aunque no se afectó la masa encefálica debe ser operada en su rostro”, dijo la hija.
Por fortuna, y gracias a que la víctima fue trasladada a la clínica Los Comuneros, los médicos de turno pudieron tratarla y en el último chequeo que hizo la hija, constató que ya salió de coma aunque no está consciente.
“Tenía mucho susto porque pensé que podría morir. En la primera clínica que la llevaron, en La Merced, la doctora casi no me quiso decir qué tenía, solo fue cuando vi el video que me di cuenta de lo complejo que era, y preferí que la remitieran a Los Comuneros, allí salió de coma. Todavía no está consciente pero ya se mueve”, sostuvo la hija de la víctima.
No fue la única
Sin embargo, aunque lo sucedido fue un accidente, especialmente por la posición que tenía la adulta mayor, su hija que fue el día siguiente (domingo) a la competición, observó varias personas que hacían incluso peores maniobras mientras veían los ciclistas competir.
“En redes resaltaron la imprudencia, porque según ellos mi mamá iba a cruzar, pero cuando fui, realmente vi a gente que cruzó y personas que estaban mucho más salidas en la vía de lo que estaba ella”, concluyó la hija de María.
La mujer resaltó que a nivel institucional tuvo un acompañamiento psicológico por lo que sucedió, sin embargo, ella esperaba ser atendida por médicos también, pues tuvo durante días dolores y malestares en distintas partes de su cuerpo por la ansiedad que le produjo el estado en el que terminó su madre por el accidente.
