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Viaje entre Bucaramanga y San Gil pasó de dos a cinco horas

Visitar la joya turística de Santander desde Bucaramanga se ha convertido en un dolor de cabeza para propios y visitantes. El trayecto hasta San Gil que antes duraba dos horas, volvió a incrementarse en más de cinco. Piden mejorar los cobros en los dos peajes para evitar más trancones.

Por: Daniela Puentes

Sergio Calderón salió de Bucaramanga a la 1:00 de la tarde del martes 3 de diciembre con su esposa y sus dos hijos a bordo del vehículo familiar. A las 6:00 de la tarde llegaron a su destino. ¿La razón? largas filas en cuatro puntos específicos.

“Nunca vimos accidentes. El primer tránsito lento es el de Piedecuesta. Solo salir del municipio y llegar a Curos me tomó 40 minutos. La demora era solamente un gran flujo de vehículos y un mal manejo de esa cantidad”, indicó Calderón a esta redacción.

El mismo panorama vivió Diego Sánchez, quién fue a esta zona de Santander el 30 de diciembre en la noche. Este joven califica la situación como absurda pues explica que en las casetas de peaje solo había dos personas atendiendo y estas no daban abasto para la cantidad de vehículos que esperaban pasar por ahí.

“No entiendo por qué no contrataron más gente en las casetas de peajes. El trancón es porque en los dos puntos de cobro, en Pescadero y Curití, solo habían dos personas recibiendo el pago”, indicó Sánchez.

A estas quejas se une Andrea Martínez, quien se movilizó de Bucaramanga a San Gil el 1 de enero en la noche. Martínez emprendió camino para pasar vacaciones en la ‘Perla del Fonce’ a las 6:30 de la tarde y llegó a su destino a las 11:30 de la noche.

“Fue un calvario. Es increíble el trancón que se formaba por los peajes. Inaudito. Ni siquiera para hacer una buena gestión del pago se organizan mejor. Y no sé por qué las autoridades no se apersonan del caso. El resto de mi familia tiene que viajar para el puente y ya hasta hemos pensado en que mejor nos reunamos todos en Bucaramanga, para no hacerlos venir”, indicó.

Sobre el punto del control de las autoridades, Calderón dijo a esta reducción que no encontró ni un solo agente de tránsito o policía en todo su recorrido y que vivió una experiencia peor a las que soportó cuando la vía estuvo cerrada hasta pescadero por un derrumbe.

Como estos ciudadanos, Camila López también dejó ver su descontento con la situación y pidió más vigilancia por parte de las autoridades para evitar los trancones durante el 7 al 9 de enero, cuando se lleve a cabo el primer puente festivo de 2023.

“Viajo una vez al mes a San Gil porque mis papás viven allí, pero lo que viví el 30 y el 1 es increíble. Había trancón en el peaje de Pescadero, a lado y lado de la vía. Lo mismo en Curití y ni hablar de la entrada a San Gil. Duré 45 minutos de la primera entrada al puente. No vale la pena decirle a amigos y familiares que vayan a hacer turismo a San Gil, porque da es pena”, enfatizó la mujer.

Por el momento se desconoce qué tipo de medidas tomarán las autoridades, en específico el Invias, para mitigar los problemas de movilidad que volvieron a convertir un trayecto de dos horas en uno de cinco.

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